sábado, 29 de febrero de 2020

Qué palabros tan de mañana.

El galicinio estaba próximo a su fin. Pese a ello la escasa luz que entraba le provocó fosfenos y barañas. La fuerte nubarrada lo había despertado. Aspiró fuertemente el petricor que se notaba en el ambiente y se percató de que el batiente estaba abierto. Ahora entendía por qué la temperatura era fresca en el cubículo.
Se incorporó para cerrarlo girando su falleba y, al volver a la cama, se fijó en ella; en su preciosa vedija y ese aladar que parecía enmarcar su cara. Mientras la escrutaba reflexionó en cómo ambos podían ser tan distintos. El cada vez se encontraba más inveterado, más desgaritado, lo que a su vez le hacía ser más nihilista. En resumidas cuentas se sentía un avucastro total. Dónde quedó aquella bonhomía de la que todo el mundo siempre había loado. Ella, sin embargo, era todo lo contrario; muy nefelibata, nada dada a la filaucía pero sí a amoricones que él tanto parecía desdeñar. La verdad es que esa era una buena etopeya de la fémina. Y ahí siguió, mirándola casi medroso, y eso que habían pasado muchos años desde su himeneo. Pese a todo seguía adamado, más si cabe que el primer día. Inclusive cuando se ponía churrullera desde primera hora de la mañana. Pero no podía evitarlo, ella era así.
De golpe sintió un borborigmo en su andorga, tenía que desayunar. Se arrebujó con la bata y fue a la cocina mientras pensaba que ese frescor mañanero le había provocado pródromo. Debería ir al galeno, o lo mesmo ponerse algo más encima y no empezar a ayear desde tan primera hora.

Abrió la alacena pero no veía un pimiento sin ayuda. Se caló las antiparras. Tenía arbitrio de tostadas con mermelada pero por más que buscaba no aparecía el tarro. Hasta que tuvo una estupenda serendipia, un frasco de crema de cacao. Torró el pan en el tostador mientras que calentaba el moca. Una vez preparado se sentó a la mesa tomándose su desayuno con alharacas, degustando cada momento hasta que acabó. Mientras recogía las curuvicas pensó cómo podía ser tan afectado. Realmente si alguien le oyese ahora mismo podría pensar que era un cursi o un amanerado, o simplemente un melifluo. Lo cual no era cosa baladí. Aunque también llegados a este punto el oyente podría creer que solo es un zascandil, una alhaja con dientes que se la ha endiñado con esta prosa… Qué cosas, con lo transido que ha sido llegar hasta aquí.







Vocabulario
Galicinio: Parte de la noche próxima al amanecer.
Fosfeno: Sensación visual producida por la excitación mecánica de la retina o por una presión sobre el globo ocular.
Baraña: Sombra o mota que se ve por defecto de la vista.
Petricor: Olor que produce la lluvia al caer sobre suelos secos.
Cubículo: Pequeño recinto o alcoba.
Falleba: Varilla de hierro acodillada en sus extremos, sujeta en varios anillos y que sirve para asegurar puertas o ventanas.
Vedija: Esta definición queda al gusto del lector:
                1. Mata de pelo enredada y ensortijada.
                2. Región de las partes pudendas
Aladar: Mechón de pelo que cae sobre cada una de las sienes.
Inveterado: Envejecido, anticuado.
Desgaritado: Perder el rumbo.
Nihilista: Quien niega de todo principio religioso, político y social.
Avucastro: Persona pesada y enfadosa.
Bonhomía: Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento.
Nefelibata: Dicho de una persona: Soñadora, que no se apercibe de la realidad.
Filaucía: Egoísmo, amor propio.
Etopeya: Descripción del carácter, índole y costumbres de una persona.
Medroso: Temeroso, pusilánime, que de cualquier cosa tiene miedo.
Himeneo: Boda o casamiento.
Adamado: Quien ama con vehemencia.
Churrullero: Que habla mucho y sin sustancia.
Borborigmo: Ruido de tripas producido por el movimiento de los gases en la cavidad intestinal.
Andorga: Vientre o tripa.
Arrebujar: Coger mal y sin orden alguna cosa flexible, como la ropa, un lienzo, etc.
Pródromo: Malestar que precede a una enfermedad.
Galeno: médico, persona autorizada para ejercer la medicina.
Mesmo: Mismo.
Ayear: Repetir ayes en manifestación de algún sentimiento, pena o dolor.
Antiparras: anteojos, gafas.
Arbitrio: Voluntad no gobernada por la razón, sino por el apetito o capricho.
Serendipia: Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.
Torrar: tostar
Moca: Café de buena calidad que se trae de la ciudad de Yemen del mismo nombre.
Alharacas: Extraordinaria demostración o expresión con que por ligero motivo se manifiesta la vehemencia de algún afecto, como de ira, queja, admiración, alegría, etc.
Curuvica: Fragmento diminuto que resulta de la trituración de una piedra, y, por extensión, de cualquier otro material sólido.
Afectar: Poner demasiado estudio o cuidado en las palabras, movimientos, adornos, etc., de modo que pierdan la sencillez y naturalidad.
Cursi: Dicho de una persona: Que pretende ser elegante y refinada sin conseguirlo.
Amanerar: 1. Dicho de un artista o de un escritor: Exagerar en su obra rasgos artificiosos que la apartan de la naturalidad.
                2. Dicho de una persona: Hacer afectado, rebuscado y falto de naturalidad su modo de actuar, hablar, etc.
Melifluo: Dulce, suave, delicado y tierno en el trato o en la manera de hablar (sentido peyorativo)
Baladí: De poca importancia.
Zascandil: 1. Persona de poca formalidad, inquieta y enredadora.
                2. Hombre astuto, engañador, por lo común estafador.
Alhaja: 1. Joya (adorno de metales o piedras preciosas).
                2. Adorno o mueble precioso.
                3. Cosa de mucho valor y estima.
Alhaja con dientes: Se aplica irónicamente a las personas para significar que, por buenas que sean, exigen gasto para ser mantenidas.
Endiñar: Dar o asestar un golpe.
Transido: 1. Fatigado, acongojado o consumido de alguna penalidad, angustia o necesidad.
                2. Miserable, escaso y ridículo en el modo de portarse y gastar.

Si el resto no las entiendes tienes un problema.