martes, 31 de mayo de 2016

Todo es más simple.

Tengo mal gusto para elegir mujeres. O mejor tendría que decir que tengo mal gusto para dejarme elegir por determinadas mujeres. Y así pasa, que siempre se portan mal conmigo. O directamente me dan por ahí. Y lo peor de todo es que no tengo fondo. Parece que lo busco ¿Será que me va ese rollo? En cualquier caso, parece que tengo un imán para atraer a la mujer equivocada a mi vida. Y con esta última ha sido igual. ¿No hubiese sido más fácil decir algo del tipo "cariño, sigue tu camino"? Pero claro, me habría salido en plan Bond, Cutre Bond, y ante semejante estupidez realmente hubiese seguido su camino porque para qué quedarse con tan inigualable memo. Y seguiremos buscando, y errando. Soy carne de cañón. Es lo que hay.
Quizás podría haberme puesto poético y decir algo así como:

Mil mujeres habitan en mí
y las mil claman por salir
Pero solo existe una que temí
que tratará de escabullir
todo cuanto podría llenar
un corazón sin profanar.
Y esa eres tú, Maripili
(con dos cojones)

—Claro, claro. Muy bonito el poema. Luego dirás que sales trasquilado ¿A quién vas a enamorar con esos versos de muchachuelo de secundaria?
—Vale, voz de la conciencia, podrías irte un poquito al guano o, al contrario, ayudarme a tratar de conseguir algo que merezca la pena.
—Perdona, pero yo no tengo la culpa de que seas un memo integral ¡Trata de pensar un poquito, hombre! No se trata de estar con alguien simplemente, buscamos que nos quieran ¡Que nos quieran!, que nos amen, que nos pretendan, que nos enamoren, que nos anhelen, que... ¿hace falta que siga?
— ¿Tú eres tonto, no? Pues si ya trato yo de...
— ¡Pues no lo suficiente...!
— ¡Pues dime tu...!
— Pero, alma de cántaro, no vayas de flor en flor tal cual abeja. Que más que abeja pareces abejorro. Tratemos de buscar, de separar el grano de la paja, de mirar "otros horizontes".
—Muy campestre te has levantado tu hoy ¿no crees?
—Vamos a ver. Lo que tenemos que hacer es poner el listón más alto, y no que la primera que pasa y te hace ojitos te pones a babear tal cual bebé antes de mamar.
—¡Efectivamente! Poner el listón más alto, cómo no se me había ocurrido. Teniendo en cuenta que llevamos seis meses sin estar con alguien, y ¡no te quiero decir sin mojar! Voy a poner el listón pero bien alto, en lo alto de tu crisma te lo partiría si pudiese. Pero qué voz de la conciencia tan tonta me ha tocado en suerte.
—Trata de escucharme, por favor. Seamos algo más selectivos. Y veamos más allá. Por ejemplo ¿no te has dado cuenta de que hay una que no para de mandarte señales de humo desde hace tiempo? Y trabajas con ella.
— ¿De quién hablas?
—Realmente aparte de un mendrugo eres ciego. Martina, la de administración.
— ¡Pero cómo se va a fijar esa muchacha en mí! Es guapa, inteligente... y me prepara un café de miedo todos los días... y me ayuda cuando estoy agobiado... y me llama a casa para ver si necesito algo... y me... ¿Tú crees que...?
—Lo que yo te diga, ciego y tonto ¡Ay Señor, llévame pronto!

                                                                                                     Publicado el 27 de septiembre de 2015